3364.-  La esencia más profunda del ser humano, la cual tiene su fundamento en la trascendencia, su propia identidad, es el sentido último de su existencia y de la del mundo, sólo le es dado alcanzarla partiendo de la idea de un ente superior y penetrando libremente en la relación con su religión.
3365.- Tanto en lo cotidiano personal como la vida en comunidad, el hombre corrobora que este sentido último no puede dárselo así mismo, aunque frecuente trate de superar sus propias limitaciones, es en realidad que trasciende la interpretación temporal de la experiencia del mundo.
3366.- Una opción más terrenal es la laicidad que ejerce la libertad frente a los dogmas, es quién reivindica para si mismo el derecho de pensar sobre cualquier asunto, mira de frente y respeta las creencias de los valores del ser.

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