9880.- Los extremos nos constituyen al igual que nos destruyen, donde la estabilidad nos pondera pues lo anormal nos esclaviza a lo ficticio en lo que nos formamos en este presente continuo y en la mayoría del espacio renacemos y suponemos nuevas opciones de propósitos éticos en bienes materiales o incentivos de esperanza y fe.
9881.- Cuando apetece escribir se abre el deseo por entender que es necesario manifestar el compromiso hacia lo que conmueve a la humana realidad en su reconstrucción y la conmoción en la contienda en el plano material y lo imbricado con lo espiritual, en donde la libertad es uno de los extremos que se coartan con lo subjetivo de lo sobrepuesto.
9882.- La humanidad y su manifestación de identidad se dirige a un feroz desenlace, hacia un percance en que su peor derrota está al alcance que es desintegrarse por ser tan beligerante, lo que asume con soberbia que evita mantener la unidad por una hostilidad ideológica e imperialista.
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