10, 177.- Cuando no se tiene un hermano varón se siente la disyuntiva de los opuestos entre Caín y Abel progenie original de Adán y Eva, lo que hace que no se tenga manera de rebelarse a sí mismo en esas dos partes internas del ser y que no hay manera de separarlos en las tareas que se encomienden y poder vivir como un ser honesto entre tanta infidelidad por la verdad.
10, 178.- Los corajudos cejan el sello de la vida del destino que está en nuestro camino y se distingue por la sangre de la herencia que llevamos sin afligirnos por esta eterna y continua manifestación de detentar la opción del control y el manifiesto deseo de manipular a los demás.
10, 179.- Esos caminos de la vida que en apariencia son amplios y se sienten estrechos en el tiempo de la existencia y su recorrido angostan en ocasiones vicisitudes cortantes y filosas que asemejan a la metáfora de (Ockham) Occam que manifestaba 'que en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la más probable'.
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