11, 242.- El tiempo en el espacio conceden pausa de sucesos existenciales y substanciales, suelen desafiar el estancamiento a modo de asilo a la suerte y el designio del destino del signo de meditar sin esperar que el proceso pendular de nuestra medida de no actuar se procese en cuellos de botella difíciles de salvar.
11, 243.- Las sombras del tiempo dejan silueta en sueños o recuerdos que avecinan la existencia y la colman en el efecto de localizar sus huellas, cual árbol caído recién inicia sus brotes que sobreviven en sus raíces como la genealogía humana en su progenie que resulte en la descendencia y la evolutiva trascendencia. 
11, 244.- Para voz, enmudecer por silenciar un grato escuchar y saber aceptar a los demás en acto de interacción e infestación de esa dialéctica sin dicterios que embalsaman conductas en el dilecto colectivo de ánimos de opinar y abrir el razonamiento a dialecto y diálogo compartido aún se tenga que aclarar.

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