10, 111.- Los cargos de conciencia son débitos de la ética y la moral particular y del conciso conciliar el conculcar con la concupiscencia de la esencia y no ausencia del Ser, en esa conducta que en libertad a pesar del derecho y la justicia hay condescendencia, complacencia, benevolencia y deferencia así mismo sin condición en la calidad humana sin confrontar.
10, 112.- Una profana y profunda consternación de profusa difusión en las confinadas que consternan el consentir de la familia, la amistad y quien consulta referir los sentimientos compartidos con miras interesadas al no poder contener la aflicción hasta su extenuación.
10, 113.- La imperceptible realidad se desliza lentamente en instantes de presentes de continuo suceder que turban los sentidos y que no logran armonizar con esa profundidad que no alcanza a captarse y trascender a todo parecer pues no ha de volverse más que en un ralo de interpretación magra en su percepción en tanto a dimensión.

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