10, 147.- Se nos contiene un lado humano ¿o el otro?, en el entorno que rodea nuestra silueta o al igual que el aura que se manifiesta, o sea ésta es la que lo conforma y configura que no parece trascender a descubrirla en la maldad o en la certeza en los demás o dirigida hacia uno y en la búsqueda no aparece más que como resultado en los valores.
10, 148.- Antropocentrismo y solipsismo seducen el ego humano y reduce y cala igual que a la prueba de una fruta madura que hace jeta como para hacer cajeta, así nuestro equilibrio emocional está sujeto a manifestaciones de acciones que demuestran placer o envidia que sulfata las pasiones en los ¿por qué a él? que conduce al síndrome de Caín y Abel de toda hermandad.
10, 149.- Devolver el pasado a su estado de recuerdo habiendo sido utilizado en el aprendizaje de las vicisitudes mal habidas que constriñen las actitudes en ceñudos y agrios sentimientos hacia los elementos que irisan la piel en respuesta a esos mensajes que deseamos no tornar, ergo trastocan nuestro ser.
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