10, 744.- La isla de la existencia genera el conocimiento del vidente interior que norma la conducta de quién desea ser, tal vez, un soñador visionario de acción sobre su concepción que se forja en la alforja de alientos que alían sentimientos aún en contra de los vientos de alienables signos del destino.
10, 745.- Los días de un extremo al otro repiten su diario acaecer de interés posesionado de insistencia por ser que fusiona la interminable duda de permanecer indiferente y capaz de interesar a quien convive en su entorno al cual habrá que tolerar en recíproca humana relación de habilidad amigable que haga más humana dicha interacción.   
10,746.- La realidad intenta con su apariencia al interpretarse convertirse en una visión en la que el clima de las vicisitudes agrava o colma con hechos de trazos vivos de existencia y machacan los días que expansionan de amaneceres incendiados de nubes de hermosos colores a los cuales damos más notoria tranquilidad con la que un nuevo despertar otorgue un largo y descansado anochecer.

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