12, 100.- Nos ofrecemos la bienvenida al amanecer en el convencimiento que podemos presidir de malos augurios en un día más vivencial con apertura de más expectativas de forma vivencial que de acuerdo que de acuerdo a experiencias se toman medidas restrictivas en lo largo o corto que duren las veinticuatro horas, en los que algunos son y lo intentan ser más humanos en la hermandad y/o menos críticos en su veracidad.
12, 101.- Seamos nosotros en la madurez del respeto en la que no se perciban ataduras de pensamientos críticos acotados en la sola esperanza que solo obliga sin hacer nada y aunque la fatiga desespera no retarda más allá del resultado esperado en una respuesta que disipe su ansiedad en términos leales a su propia honestidad de resistencia discreta que valora la disciplina y la educación con el esfuerzo permanente.
12, 102.- Los prejuicios son la hojarasca en el deshecho de los rescoldos en el frondoso árbol de la vida y en el estímulo de las renovadas generaciones que responden a la labranza de los pergaminos establecidos en la frente de la madurez en la severidad de la civilidad con el margen de la educación que forja el saber en el entender la adecuación y la adaptación del ser.
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